Los microchips cada vez son más pequeños, sin perder por ello capacidad. Más bien, todo lo contrario. Ahora, desde la Universidad de Oxford, nos llegan los exitosos resultados de su estudio para crear nuevos chips informáticos de mayor potencia y menor tamaño. Seguramente, supondría el mayor avance en el sector, en la historia del microchip, desde su invención o, por lo menos, desde la adaptación del microchip al mundo digital y nuevas tecnologías. Podríamos comenzar a fabricar microchips reales. Los chips del futuro. ¿O deberían llamarse nanochips?
Ensamblaje de chips con nanocables
Un grupo de investigadores de la Universidad de Oxford han desarrollado con éxito un nuevo sistema para la manipulación de la estructura de los chips a partir de la colocación de nanocables. Un proceso que se realiza a escala submicra, es decir, menor a la micra. Cuando decimos que es un trabajo milimétrico, en este caso se va mucho más allá. Y, como veremos, ahí reside su mayor limitación.
Dirigidos por un experto en nanomateriales, los investigadores han logrado aplicar su método para colocar esos nanocables con tal altísima precisión, ofreciendo unos resultados favorables al fin de la investigación.
¿Cómo se ha logrado esto? A partir de un método muy innovador en el que intervienen filamentos finísimos de tereftalato de polietileno con pequeñas puntas cónicas (también a nano escala) y ahí residen los nanocables. Es esto precisamente el problema que tiene para que su aplicación sea industrial y pueda llegar al pequeño consumidor. Y es que, en este último paso, para que entre en contacto con esas puntas, los nanocables deben activarse mediante fuerzas de atracción producidas entre las distintas moléculas y átomos. Por eso, la precisión debe ser tal en su ensamblaje e instalación. Por lo que pueden faltar décadas para que se pueda llegar a extrapolar a un uso realmente extendido, para toda la población y toda clase de empresas.
Problema a solucionar para su fabricación a gran escala
A la hora de fabricar chips, los semiconductores, y cualquier elemento que interviene en su ensamblaje, requiere de un trato exquisitamente delicado previo al posterior empaque o ensamble.
Ese ensamble definitivo se realiza mediante un proceso de soldadura para su unión perfecta. Si ya ahora, estos procesos de ensamblaje de circuitos electrónicos integrados son tan sumamente delicados, ¿Cómo se podría aplicar este nuevo método de fabricación de microchips si realmente vuelve el proceso todavía más delicado? ¿Entonces cuánto falta para que podamos disfrutar de los chips del futuro? De momento, parece muy complejo. Habría que inventar máquinas automatizas o robots que permitan ensamblar y fabricar estos nanochips, especialmente en la fase de implantación de los nanocables. Los chips del futuro deben esperar. De todas formas, es un gran paso para nuestro sector y así lo teníamos que destacar desde AMMi Technologies, como especialistas en ensamblaje de circuitos integrados.