Es un objetivo real. Al menos así lo lleva planeando años, décadas ya, el gigante asiático. ¿Pero es posible realmente? ¿Podrá China, a corto plazo, superar en la producción mundial de microchips a Estados Unidos? No le importa tanto la competencia dentro de Asia, el objetivo es liderar la economía mundial y un aspecto que se considera primordial es ponerse por delante de EEUU en la producción mundial de microchips. Desde AMMi Technologies te mostramos la clave de este plan que tiene entre manos la potencia asiática para establecerse por delante de Estados Unidos en el mercado del chip.
¿Es un objetivo real?
Hasta hace bien poco, parecía impensable. Sin embargo, empresas chinas vienen demostrando su poderío (muchas veces llevado con el más extremo secretismo) desde hace unos años. Especialmente sorprende ha resultado los chips que han presentado durante todo el año pasado algunas empresas referencia. Y más recientemente todavía Huawei, que ha presentado un microchip muy avanzado en uno de sus últimos modelos: el Huawei Mate 60 Pro. Los diversos test de calidad efectuados han mostrado unos resultados sorprendentes: el Kirin 9000s, como se le ha denominado a este potente chip, parece que puede competir con el afamado Snapdragon 888. Eso sí, ya hace muchos años que este procesador llegó al mercado, por lo que toca recortar terreno a contrarreloj.
Hasta hace poco, China (dejando a un lado Taiwán) solamente había mostrado dispositivos que incluían, como mínimo, 14 nanómetros. Para hacernos una idea, la compañía taiwanesa TSMC, referencia mundial en la producción de semiconductores, ya ha presentado chips de 2 nanómetros. Cuantos menos nanómetros, mejor, ya que tenemos más resolución y menos transistores. Podríamos decir que China iba dos generaciones a rebufo de sus principales competidores. Pero esto parece estar cambiando.
Un as bajo la manga
Lo cierto es que no todo es inversión en el sector y trabajo a destajo, que también. Pero la estrategia juega, en este caso, un papel muy importante para recortar tanta distancia en poco tiempo. Por eso, el gobierno de China sabía que necesitaba algo más. Ahí entra la guerra directa contra Estados Unidos, con restricciones como la de exportaciones de dos elementos clave para la producción de chips, como son el germanio y el galio. No en vano, China lidera a nivel mundial la producción tanto de germanio (el 60 % de la producción mundial) como de galio (por encima del 80% del total del planeta), por lo que esto supone un duro revés para los intereses de Washington. No es que se prohíban, pero se requieren de nuevas licencias especiales y bastante restrictivas. Ya hace unos meses, por otra parte, que Estados Unidos tomó medidas para sancionar la exportación de microchips a China. La guerra de los microchips es una realidad y parece que solamente estamos en el principio del conflicto.