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Un ecosistema industrial para el diseño y fabricación de microchips en España: ¿utopía o realidad?

sector microchips en España

Actualmente, los circuitos integrados son la base de nuestra época, de la nueva era digital. Prácticamente, lo llevan siendo desde su invención. Tras una época de dependencia de países asiáticos y de Estados Unidos para abastecerse de componentes electrónicos, la falta de suministro en los últimos tiempos ha llevado a Europa a cambiar su línea de producción. Producir desde la base cada componente y desarrollar los productos necesarios para no depender de ningún otro continente. Desde AMMi Technologies te contamos cuál será el papel de España en este nuevo ecosistema industrial para el diseño y fabricación de microchips en España.

El problema de la escasez de microchips

Desde hace dos años atrás el sector del microchip ha pasado por graves problemas debido a la falta de suministro. Como consecuencia, la Unión Europea ha elaborado un plan estratégico para fomentar la industria, destacando a España como uno de los países que tiene más que aportar.

Aparte de la escasez debido a la crisis de microchips, otro de los grandes problemas es que hasta ahora los microprocesadores se vinculaban directamente al hardware con las especificaciones de sus fabricantes. El objetivo es que todo el mundo pueda hacer sus propios circuitos y procesadores para no depender de nadie, también a nivel de semiconductores. Así, en un futuro, se pretende que cada componente electrónico pueda fabricarse “en casa”, pudiendo fabricar procesadores de calidad como los propios Pentium.

El PERTE de semiconductores

El PERTE (Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica) de semiconductores debe convertirse en la base para sustentar todo el sector de la industria de microchips en España. A eso hay que sumarle los fondos europeos que destinará el Gobierno, más de 12 mil millones de euros. Y es Jaume Martorell el destacado comisionado del PERTE, una figura de gran relevancia en el sector, ya que gracias a su experiencia en Silicon Valley logró atraer inversión en España destinada al sector de los chips (conocidos todavía como circuitos integrados que eran modelos muy básicos) allá por la década de los 80 del siglo pasado y que después, en los años 90, logró crear un cierto ecosistema empresarial de industrias vinculadas a los semiconductores y los chips. AT & T, en Madrid, fue una fábrica de microchips de referencia en aquellos tiempos.

Hoy, Jaume Martorell, afronta el reto de resucitar y potenciar todo aquel ecosistema que se diluyó por la falta de apoyo a las fábricas en toda Europa y por no poder hacer frente al boom del microchip y de los semiconductores en Asia.

El compromiso de Europa, con España a la cabeza

El objetivo de la Unión Europea, que ha puesto las bases con la Ley Europa de Chips, pretende que en diez años los países miembros sumen una cuota del 20 % del mercado global de microchips. Eso, comparado con las cifras actuales, supondría multiplicar por cuatro la producción media de los últimos años.

Y España pretende ejercer un papel protagonista. Para ello se deberían crear, por lo menos, una o dos fábricas de microchips de gran tamaño, que puedan ser un referente para toda Europa y a nivel internacional.  En el campo del diseño de chips, ya podemos vislumbrar fuertes apuestas como el Barcelona Supercomputing Center (BSC), que ya lleva trabajando más de 15 años en diseñar chips de última generación. Pero cada vez con mayor fuerza, ya que empresas como Intel o Cisco se han comprometido a apoyar al centro barcelonés de diferente manera, en el caso de Intel con un laboratorio de diseño de semiconductores.

Todo un reto, tan complejo como apasionante. ¿Será el sector de los microchips en España clave para ese nuevo ecosistema industrial europeo?  Un reto en el que AMMi Technologies, como empresa de montaje de circuitos integrados y placas participará de forma activa, aportando todos sus recursos a esta fabulosa industria.